En estos meses decidí darme espacio y más margen para mí misma, tras mirar atrás me dio vértigo. Así de sencillo.
Uno siempre va peleando el día a día y de repente un día que está de bajón echa un vistazo atrás y se pregunta ¿todo eso me ha llevado a esto? ¿Y ahora qué? Y yo misma necesitaba aclararme cuáles serían mis propios puntos cardinales, mi nuevo rumbo… Estaba menos cansada, pero torpe, caerme y tropezarme con todo, los dolores de cabeza aunque mucho menores, me seguían de cerca, y las sesiones en suelo pélvico me comenzaron a recomponer mis piezas: posición de pie, la marcha, cómo respirar correctamente y su importancia, posiciones correctivas del día a día… tanta y tanta información… y comencé a “masticar” todos los cambios.
Cada cambio modificaba una posición y un hábito incorrecto del cuerpo, y el “educarlo” conlleva repetición y un proceso de dolor (por ejemplo: dejar de caminar apoyando el peso en las puntas de los dedos a los talones, lo que liberó el peso en las tibias, y me dolieron unos días y comencé a utilizar muletas para cambiar la forma de caminar hasta ahora…) Soy testigo de la importancia de la guía de grandes especialistas y del trabajo personal, nada se consigue solo.
El pasar el COVID aún superando los estándares de seguridad habituales, el intentar minimizar las salidas, el contacto con un grupo burbuja inferior a diez personas, el teletrabajo… pues me tocó el premio gordo. Después de quince días de una muy mala experiencia, leve porque pude pasarlo en casa… me ha servido como “Epifanía”.
Tanto sacrificio de privarme de tantas cosas ¿había servido de algo? Sí y no. El hecho es que mi forma de ver todo ha cambiado. Si me apetece ir a una tienda pues iré, me premié con la peluquería tras más de un año y así voy poco a poco. Piscina hace unas semanas y gradualmente más caminar fuera, con gente y aprendiendo a no agobiarme y a mi nuevo ritmo, bien con muleta o bastón… no me lanzaré a lamer pomos de puerta, pero voy a mi ritmo y superación diaria.
Creo que como todos los septiembres, este será caótico, pero me voy a pautar sesiones con rehabilitación privada y así obligarme a desconectar del ordenador…
Oficialmente estoy de vacaciones, recién tratada y desconozco cómo serán mis próximas semanas, pero doy fe de que haré mucho lo que me dé la gana, pero con juicio.
Los buenos al cielo, los malos dónde quieran 🤣🤣🤣. Me mola más el plan B. ¡Bye!